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Opinión
Mundoarabe.org  

Votar al que más asesina

Ahmed Hijazy

A los israelíes les conviene seguir asesinando a los palestinos. Es una realidad que demuestran los resultados de las elecciones celebradas el martes. A lo largo de los últimos dos años, la popularidad del genocida Sharon no descendió del 68% del electorado sionista. También, los laboristas habían manifestado su verdadera cara asesina durante estos dos años, y mientras participaban en la masacre permanente contra el pueblo palestinos, seguían intentando venderse como una alternativa frente al Likud. Por esto parece que los votantes entendieron la realidad política de este Estado colonial y que los laboristas no son más que la otra cara de la moneda, lo que significa una única cosa: si hay que elegir a un asesino, conviene votar a quien más mata y para ello no hay un asesino mejor que Sharon.       

Hace poco más de dos años, en septiembre del 2000, el asesino por excelencia de la política israelí, Ariel Sharon, pertenecía más al pasado que al futuro  en un Estado colonial como el que representa  Israel hoy. Con más de 70 años y  varias mascares en su biografía como las cometidas en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, Sharon observaba con aprensión el renacimiento y la caída de su rival político en el Likud, el ex primer ministro fanático  Benijamin Netanyahu, a quien las acusaciones de corrupción habían hundido mucho antes de las elecciones del 2000.

una campaña electoral ha estado centrada en la promesa de reprimir más a los palestinos propició la victoria de Sharon sobre el general Barak en las elecciones de febrero del 2001. Casi dos años más tarde y con unas 2.500 víctimas palestinas como consecuencia del terrorismo del Estado israelí, el partido extremista de Sharon obtuvo una cómoda victoria en las elecciones generales celebradas ayer. La propia jornada electoral, desarrollada en medio de extrema represión contra los palestinos, se vio ensangrentada por el asesinato de más de 37 palestinos a manos del Ejército israelí en dos día. Tanto los asesinatos, como la misma política genocida israelí, han sido una carta electoral muy determinante para que los israelíes premiaran al sanguinario Sharon, dándole más autoridad para asesinar.  Es una licencia para matar igual a la otorgada por Bush a su CIA.

Aunque Sharon ganó las elecciones, no podemos olvidar que esto es el resultado de una campaña en la que las cartas para permanecer en el poder han sido el asesinato, la liquidación, la represión permanente contra la población palestina y la corrupción a través del soborno dentro y fuera del Likud con el dinero de un multimillonario partidario del ex régimen racista de Sudáfrica. Este multimillonario sudafricano había facilitado un millón y medio de dólares a los hijos de Sharon para comprar a votantes en las primarias del partido ultraderechista Likud, y para completar el círculo de la democracia militarizada, uno de los hijos de Sharon, Amre, ya es diputado por primera vez tras ser votado en estas elecciones.

   No obstante, la extrema proporcionalidad del sistema electoral obligará al asesino Sharon a volver a gobernar en coalición. Su objetivo es reeditar el reciente gobierno de unidad con los laboristas que le habían ayudado en el genocidio contra los palestinos durante los últimos dos años. Y aunque los laboristas digan otra cosa, la más que probable guerra contra Irak puede ser la coartada perfecta para que vuelvan a formar parte del ejecutivo israelí compuesto por una banda de asesinos.

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Editor Ahmed Hijazi
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