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_________________________________________ La Pesadilla se ha cumplido Uri
Avnery
Traducción para Gush Shalom: Carlos
Sanchis www.mundoarabe.org
15,junio 2004 Permanecía
de pie en una colina divisando el infame control militar de
Kalandia.
Por debajo de mí
transcurría una estrecha carretera, atestada de palestinos bajo el sol
resplandeciente, 30 grados centígrados a la sombra (pero no había sombras)
caminando con dificultad hasta el puesto
de control militar. Muy pronto esta carretera será transformada. Será
ensanchada a tres carriles y reservada para los israelíes: a ambos lados de
ella, un muro de 8 metros de altura será levantado. Permitirá a los colonos
del valle del Jordán llegar a Tel-Aviv en, aproximadamente, una hora. Los
palestinos que vivan a uno y otro lado de ella quedarán separados. Esta es
una parte de la nueva realidad que esta siendo creada rápidamente en
Cisjordania y que está cambiando el país que conocimos y amamos más allá de
cualquier reconocimiento. Permanecía
de pie en los límites de a-Ram. Una vez fue una pequeña aldea en las afueras
de Jerusalén, en la carretera norte que va a Ramallah. Desde que los sucesivos
gobiernos israelíes han impedido a los palestinos de Jerusalén Este construir
nuevas casas, la severa aglomeración ha forzado un éxodo masivo hacia
a-Ram, la cual ha crecido hasta convertirse en una ciudad de sesenta mil
habitantes. La mayoría de ellos todavía son oficialmente residentes de Jerusalén,
portadores del documento de identidad azul de los habitantes de Israel. Esto les
permitía ir a Jerusalén, a 10
minutos en automóvil, trabajar allí, atender sus asuntos, ir al hospital o a
la universidad allí. Esto va a
acabarse. A lo largo de la vieja carretera de Jerusalén a Ramallah (que lleva
entre otras ciudades a Nablus y a Damasco)
el inicio de la construcción del Muro de 8 metros de altura va a
comenzar de un momento a otro. No cruzando la carretera, sino por el medio de la
misma en toda su longitud. Los habitantes de a-Ram, al este del Muro, no
solamente serán separados por completo de Jerusalén, sino de todos los pueblos
y aldeas por el oeste; de sus familiares, de sus puestos de trabajo,
de las escuelas a las que asisten miles de sus niños y de su cementerio.
Una pequeña parte de a-Ram permanecerá fuera del Muro y será separada de la
parte principal de la ciudad a la que pertenece. Pero esto
solo es una parte de la historia. A consecuencia del Muro(o en algunas
partes una barrera consistente en vallas, zanjas y pistas) a- Ram quedará
completamente rodeada por todos los lados. La única salida de esta área
cercada será un estrecho puente conectado a su área adyacente por el este, que
consiste en varias aldeas palestinas, las cuales serán a su vez rodeadas por
otra barrera. Este enclave tendrá una estrecha salida al enclave de Ramallah.
Aunque fuera posible para una persona de a-Ram llegar a Ramallah, Dios lo
quiera, lo hará por una circunvalación de unos 30 kilómetros, en lugar de los diez minutos aproximadamente
que costaba antes de la ocupación.
A pocos kilómetros al
oeste de a-Ram hay un grupo de
aldeas alrededor de Bidou (donde 5 palestinos han sido muertos hasta ahora
en el transcurso de las protestas
contra el muro). Esa área se está convirtiendo rápidamente en otro enclave,
completamente rodeado, por otra barrera aparte.
La única vía de salida será un túnel que se construirá en la
carretera No. 443; la carretera de los colonos cuya sección
que he mencionado antes
formará parte. Todas las
carreteras existentes en Bidou ya han sido cortadas por zanjas, o montones de
escombros, solamente es posible acceder por un lugar controlado por un puesto
militar de paso. Este impedirá la salida. Si un
aldeano de Bidou tiene algún asunto en a-Ram, tendrá que ir a través del túnel
a Ramallah, volver al enclave al este a-Ram y entrar en
a-Ram por el estrecho puente, un semicírculo de unos
40 kilómetros en lugar de conducir escasos minutos. En a-Ram
será especialmente un golpe duro. Debido a su emplazamiento, se había
desarrollado en los últimos años como una especie de punto de transbordo para
las mercancías que iban desde Israel a Cisjordania y viceversa. Israelíes y
palestinos hacían allí sus negocios. Todo ello se acabará con el Muro. Los
medios de supervivencia para muchos de sus sesenta mil habitantes desaparecerán. Esto es
solo un ejemplo de lo que está sucediendo por toda Cisjordania, convertida en
un loco tapiz de enclaves cercados, “conectados” por puentes, túneles o
carreteras especiales, las cuales pueden ser cortadas en cualquier momento al
antojo del gobierno israelí o del jefe local del ejército
y rodeados por todas partes por carreteras para uso exclusivo de israelíes,
asentamientos en expansión e instalaciones militares. Cada ciudad palestina –
Jenin, Nablus, Tulkarem, Kalkilia, Belén, Hebrón entre otras – se convertirá
en la “capital” de su pequeño enclave, separado de todos los demás, de su
“interior” y aldeas, excepto por tortuosas e indirectas rutas. El cincuenta
y cinco por ciento (55%) de Cisjordania será israelí, los enclaves palestinos
representarán el cuarenta y cinco por ciento(45%): un diez por ciento (10%) de
la Palestina histórica. Esto no
es sólo una perspectiva de pesadilla para el futuro: está pasando ahora,
evidente a simple vista, mientras que Sharon balbucea sobre una
“desconexión” que ocurrirá alguna vez en una pequeña parte de los
territorios ocupados. Prácticamente ningún israelí tiene idea alguna de todo ello. Esto está sucediendo posiblemente a un kilometro de sus casas (en Jerusalén, por ejemplo) pero es como si ocurriera en la cara oculta de la luna. Los medios de comunicación no están interesados, ni el mundo tampoco lo está. Esta es
la paz que Sharon había soñado. Este es el “Estado Palestino” que George
Bush prometió. Esto es la piedra angular del nuevo y democrático Medio
Oriente.
Conducirá, por
supuesto, a un derramamiento de sangre a escala increíble. Ningún pueblo de la
tierra se sometería a semejante vida. Para miles y miles de jóvenes
palestinos, una muerte mártir será preferible.
Y alguna vez en el futuro esta horrenda estructura será derribada, como
el muro de Berlín, el cual, nefasto como fue, fue mucho menos inhumano. Como
siempre, tras mucho sufrimiento, el espíritu humano prevalecerá. ____________________________________________________ |
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Editor Ahmed
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