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_____________________________________ Hay que frenar a Sharon
Mustafá Barghouthi Palestine Monitor La semana pasada, el primer ministro israelí Ariel Sharon declaró que si los palestinos no daban pronto significativos pasos para refrenar la "violencia", él iniciaría un "plan de separación" desvinculado completamente de cualquier negociación con la Autoridad Palestina. Este ultimátum representa la recapitulación de la hábil estrategia mediática del gobierno israelí durante todo el 2003. Sharon está ahora probando el agua, osando decir en voz alta aquello que se ha estado trabajando durante todo este tiempo en el despacho: la consolidación de la incautación ilegal del 58% del territorio de la Franja de Gaza y Cisjordania, y con ello, la total subyugación del pueblo palestino. El éxito de Sharon de aproximarse poco a poco a su meta en el 2003 es profundamente preocupante. Sobre el terreno, las tropas israelíes ha estado constantemente poniendo su plan en acción, imponiendo una ocupación militar en la cual cada acto está calculado para degradar, humillar y aprisionar a la población palestina. La clausura ha sido ejecutada con el uso de una violencia brutal e indiscriminada contra civiles inocentes y ha costado cientos de vidas. Solamente hoy, 10 palestinos han sido muertos durante los ataques israelíes en Gaza, y durante la semana pasada se han visto invasiones diarias en el campo de refugiados de Balata en Nablus, apoyadas por tanques. Posiblemente los palestinos se hallan a sí mismos en una situación única en las políticas modernas: que un pueblo ocupado tenga la responsabilidad de la seguridad de sus ocupantes. El derecho legal de los palestinos a oponerse a la hegemonía israelí se ha vuelto contra ellos por la presentación de Sharon del conflicto como si este se disputara entre fuerzas militares oponentes iguales, y por el apoyo casi incondicional que ha recibido de muchas potencias, en particular de los Estados Unidos. La muda respuesta de la comunidad internacional al anuncio de Sharon solamente envalentonará al primer ministro. Durante el 2003 la estrategia de Sharon ha sido jugar con el tiempo, sabiendo que con unas elecciones presidenciales en puertas, el presidente de los Estados Unidos más pro israelí jamás hará nada que pueda poner en peligro el apoyo de sus electores judíos y cristianos de extrema derecha. En octubre, Sahron tuvo la audacia de lanzar ataques aéreos sobre Siria por primera vez en 30 años, en un intento de proyectar a Israel como un aliado operacional de la misión de los Estados Unidos de remodelar la región. Con los ojos del mundo centrados en Irak, Sharon encontró la oportunidad de descartar la Hoja de Ruta, una iniciativa con falta de entusiasmo, y, aún más, continuar presentando a Israel como una víctima en los medios de comunicación mundiales, mientras ganaba tiempo para su draconiana estrategia sobre el terreno. El resultado a sido una reocupación de toda Cisjordania y el 60 % de la Franja de Gaza, y una política feroz de expansión de los asentamientos. Desde los acuerdos de Oslo, el tamaño y la población de los asentamientos se ha incrementado un 200%, una vez más, con sólo débiles protestas desde el extranjero. En el período 2002-2003 solamente, 56 nuevos asentamientos se han erigido, y de los meramente 8 que Sharon afirmaba haber desactivado, 5 han sido clandestinamente reconstruidos. Al igual que los soldados israelíes, los propios colonos someten a los palestinos a frecuentes ataques, buscando arrojarles de sus casas e incautarse de sus tierras y propiedades. Cada esfuerzo está hecho para destruir los medios de vida palestinos y las libertades civiles. Los toques de queda permanecen en muchas áreas, impuestos con la continúa amenaza de violencia. El número de controles militares israelíes en Cisjordania, según OCHA, ha alcanzado la cifra de 757. Para reforzar los asentamientos y completar la incautación de territorios, Sharon continúa construyendo el Muro de Separación en Cisjordania. Si se completa, el Muro se extenderá al menos 1000 kilómetros, alcanzando la última meta de Sharon de una estratégica destrucción de la posibilidad de un estado palestino. Cisjordania quedará reducida a grupos de guetos y prisiones, con los accesos, seguridad y recursos permaneciendo bajo control israelí, y la población palestina encerrada bajo llave, apartada de la vista de los ojos del mundo. Una vez más, cualquier respuesta internacional a la construcción del Muro ha sido paralizada por la estrategia mediática de Sharon. Líderes mundiales han expresado miedos de que el Muro y las nuevas fronteras por él definidas se conviertan pronto en un hecho consumado, imposible de eliminar, pero ninguna acción ha sido sugerida todavía excepto de las acostumbradas pláticas urgiendo a una nueva ronda de conversaciones de paz que Sharon puede ignorar de forma segura. Los esfuerzos internacionales han sido también distraídos por el acuerdo de Ginebra, un plan que, pese a ser desestimado tanto por israelíes como por palestinos, está consumiendo tiempo y atención durante el cual Sharon sigue urgentemente con su propia agenda. Con todos sus éxitos sin embrago, Sharon ha llegado a un impás estratégico, aún cuando sigue adelante con su plan. Aunque, él ha aplicado el mismo método del bulldozer que ha usado en guerras previas como soldado, pero sus antecedentes le han cegado a otras realidades políticas que las fuerzas militares solas no resolverán. En particular, él ha hecho ojos ciegos al creciente problema demográfico en los territorios ocupados. La población palestina ahora se sitúa en 4.8 millones igualando a los de Israel, y tiene un índice de nacimientos que sobrepasa de lejos al de sus ocupantes. Este pueblo no puede ser simplemente barrido del mapa, por mucho que Sharon lo desee. Además, Sahron ha fracasado totalmente en proveer la seguridad que le había prometido al pueblo israelí. Desplegando policías por los territorios ocupados que están calculados para matar y oprimir, y abandonando cualquier parecido a una estrategia engranada hacia una solución pacífica, debería ser lo suficientemente claro para los israelíes que su primer ministro no puede garantizar su seguridad. Reduciendo al estado de abrumadora desesperación a la población palestina solo puede asegurar que el conflicto continúe, Sharon es consciente de poner en peligro las vidas de sus propios ciudadanos, así como la de los palestinos. Sharon también ha fracasado en romper la lucha por la solución palestina, y en el intento de dejarlos sin un país y sin medios de vida, está educando a los palestinos, generación tras generación, cuyo único propósito se convierte en oponerse a la ocupación israelí La Historia ha demostrado que un simple Muro no puede contener tal oposición. La historia de Sharon como criminal de guerra está bien documentada, pero los crímenes que actualmente están siendo propagados por su gobierno y por sus tropas ocupantes son igualmente crímenes contra su propio pueblo. Israelíes y palestinos por igual nunca llegaran a alcanzar la paz que ansían mientras este hombre permanezca en el poder y no puede haber tarea más importante para el mundo en los meses venideros que parar a este hombre. * El Dr. Mustafá Barghouthi, Es Secretario General de la Iniciativa Nacional Palestina www.palestinemonitor.org |
Editor Ahmed
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