Artículo

Vuelven los métodos
nazis
El diario israelí Haaretz publicó un artículo del
periodista Amir Oren en el que se afirmaba que responsables del Ejército
israelí han estado estudiando las tácticas utilizadas por las SS nazis
para el aplastamiento de la revuelta judía en el Ghetto de Varsovia en
1943, con el fin de aplicarlas contra las ciudades palestinas de Gaza y
Cisjordania. El artículo de Oren está basado en la declaración de un
alto responsable militar israelí al que el periodista se cuida de no
identificar, para librarle de las previsibles represalias.
No resulta difícil de ver la razón por la que a Sharon y los máximos
responsables políticos y militares israelíes les puede parecer útil el
extraer lecciones de la forma en la que los nazis trataron a los judíos
para aplicarlas a los palestinos. Tanto los nazis como los sionistas, que
mantuvieron por cierto buenas relaciones durante la Segunda Guerra
Mundial, se han guiado por una ideología racista basada en un profundo
desprecio a los "pueblos inferiores": los judíos, en el caso de
los nazis, y los árabes, en el de los sionistas. Muy reveladoras en este
sentido son las declaraciones del ideólogo sionista, Vladimir Jabotinski,
cuyo retrato aparece en numerosas ocasiones detrás de Sharon, y que fue
el inspirador y mentor de los movimientos terroristas sionistas en
Palestina, responsables del asesinato y limpieza étnica llevados a cabo
contra la población árabe local.
Los métodos utilizados en el aplastamiento de la insurrección del Ghetto
de Varsovia han quedado reflejados en detalle en los escritos del general
nazi Jürgen Stroop, que estuvo personalmente al mando de la operación.
Stroop realizó un exhaustivo relato día a día, e incluso hora a hora,
de estos hechos, que duraron un total de 28 días, en los meses de abril y
mayo de 1943.
En este relato, de setenta y cinco páginas de extensión, que se ha
conocido históricamente como el "Informe Stroop: El Ghetto de
Varsovia ya no existe (Es gibt keinen jüdische Wohnbezirk in Warschau
mehr!)", el general alemán describe pormenorizadamente cómo sus
tropas aniquilaron o deportaron a los 60.000 judíos que quedaban en el
ghetto y que habían iniciado una resistencia armada contra los nazis.
Muchos de estos judíos trabajaban en las fábricas de armas, que abastecían
al Ejército alemán, situadas en el interior del ghetto. De esta forma,
les fue fácil conseguir armas para oponerse a las órdenes de deportación
llegadas desde Berlín.
Tras producirse la sublevación en el guetto, el Reichsführer Heinrich
Himmler, jefe de las SS, llamó a sus tropas a aplastar la revuelta sin
piedad. Curiosamente, el general nazi Stroop se refiere en sus escritos a
los judíos alzados en armas como "terroristas", una clara
similitud con lo que sucede actualmente en Palestina, pues el gobierno de
Sharon califica también de este modo a todo aquel palestino que se oponga
a la ocupación israelí.

Existen aún otras similitudes más. Stroop rodeó progresivamente el
guetto con un muro y vallas, al igual que los israelíes hacen actualmente
con las ciudades palestinas, y comenzó la estrategia de demoler las casas
del guetto una por una y manzana por manzana. Los nazis volaron los
bloques de apartamentos, tiendas y otros edificios. Los judíos que se
resistieron fueron asesinados y el resto deportados a campos de
concentración. Cualquier acto de resistencia, como un disparo llevado a
cabo desde un edificio, bastaba para que todo el bloque fuera demolido o
incendiado -una práctica similar a la que realiza Israel en la
actualidad-. Los sótanos, donde algunos judíos se ocultaban, fueron
llenados de gas venenoso. El acto final tuvo lugar el día 16 de mayo,
cuando los nazis llevaron a cabo la voladura de la sinagoga de Varsovia,
como símbolo de que todos los judíos habían sido muertos o deportados.
Un método similar fue utilizado otra vez en 1944, cuando la población,
no judía, de Varsovia se alzó en armas contra los ocupantes nazis, en un
momento en el que las tropas soviéticas se hallaban a pocos kilómetros
de la ciudad.
Si el Ejército israelí está estudiando las operaciones de las SS en el
Ghetto de Varsovia, la única fuente que puede manejar es el Informe
Stroop, que el propio general escribió, ilustró y ordenó encuadernar
con tapas de cuero con el fin de ofrecerlo al propio Himmler como un
regalo personal. Este informe fue presentado en el Tribunal de Nuremberg
en 1946 por el fiscal Robert Jackson, que fue quien lo hizo público por
primera vez. En Nuremberg, el informe sirvió como prueba de primera mano
sobre los crímenes de guerra nazis. Stroop, por su parte, fue capturado
en 1945 por el Ejército Soviético, juzgado y ejecutado. En 1998, el
informe fue editado en forma de libro.
No cabe duda de que el propio hecho de que este informe sea ahora
estudiado por el Ejército israelí supone en sí mismo una gravísima
amenaza para la paz en Oriente Medio y en el mundo. Los esfuerzos del
gobierno de Sharon para alcanzar "una solución final al problema
palestino", que suponga el aniquilamiento o deportación de este
pueblo pueden desembocar en un conflicto religioso y étnico de grandes
proporciones del que ninguna nación podrá escapar.
En realidad, las operaciones llevadas actualmente por el Ejército israelí
dentro de los territorios palestinos, son ya una copia exacta de las
llevadas a cabo por los nazis en Varsovia en abril y mayo de 1943. Lo que
faltaba hasta ahora es un reconocimiento explícito en este sentido y ello
se ha producido con el mencionado artículo de Amir Oren en Haaretz.
Reacciones
Tras hacerse público el artículo de Haaretz, el portavoz de la Casa
Blanca, Ari Fleischer, se negó a comentar su contenido en una rueda de
prensa celebrada el 27 de enero, afirmando que "no iba a responder a
los artículos en los que no se mencionan las fuentes por su nombre".
Sin embargo, el propio portavoz de Sharon, Raanan Gissen, fue más claro.
Al ser preguntado el 30 de enero acerca de esta cuestión, Gissen contestó:
"Algunos oficiales pueden haber estado estudiando esto (la represión
de las SS nazis contra los judíos en el Ghetto de Varsovia). Ellos
pensaron, sin duda, que había similitudes debido a que se trata en ambos
casos de una lucha calle por calle, en nuestro caso contra la Autoridad
Palestina".
Dentro de Israel se han producido algunas voces de protesta contra este
deslizamiento hacia el fascismo que registra el Estado judío bajo el
liderazgo de Ariel Sharon, quien ha estado creando una histeria
antipalestina y un clima de rechazo a los Acuerdos de Oslo desde su subida
al poder el pasado año. Recientemente, el propio Sharon lamentó públicamente
no haber asesinado a Arafat hace 20 años.
Un diputado de la Knesset (Parlamento) israelí, Roman Bronfman, ha
formado una nueva fuerza política, el Partido de la Opción Democrática,
con el fin "de impedir que Israel acabe convirtiéndose en un estado
fascista", según sus propias declaraciones, realizadas al diario
Haaretz el 28 de enero. Bronfman está presionando a algunos líderes
laboristas como el portavoz del Knesset, Avraham Burg; la viceministra de
Defensa, Dalia Rabin Pelossof; y Yossi Beilin para que obliguen al Partido
Laborista a romper la coalición de gobierno con Sharon. Estos tres políticos
han realizado dramáticas advertencias sobre las consecuencias de las políticas
del primer ministro.
Un conocido periodista israelí, Gideon Levy, ha publicado también una
carta abierta dirigida al ministro de Exteriores, Shimon Peres, en la que
le pide que abandone el gobierno de coalición con Sharon. La prensa ha
desvelado que el pasado mes de enero, Peres advirtió a los otros miembros
del gobierno que Israel estaba cometiendo actos por los que sus dirigentes
podrían ser juzgados en el futuro como criminales de guerra por un
tribunal internacional. "Un gobierno que sabotea cualquier iniciativa
de los palestinos para lograr el establecimiento de la calma, que humilla
de la peor forma posible a sus líderes y que ha convertido la venganza en
su única fuerza motriz ya no puede ser perdonado", señala Gideon.
Algunos analistas israelíes consideran que la guerra que Sharon ha
iniciado no se puede ganar y está sirviendo para conducir a Israel a una
situación económica catastrófica, que resulta agravada por la actual
crisis financiera internacional. Estos analistas recuerdan, además, que
aunque los militares israelíes han matado a más de 1.000 civiles
palestinos, la cifra de soldados y civiles israelíes muertos desde que
Sharon tomó el poder en enero de 2001 supera a la de todo el período
anterior de seis años que se inicia con la firma del Acuerdo de Oslo, al
que Sharon se opone. La situación a la que se ha llevado al pueblo
palestino ha hecho que sea cada vez mayor el número de jóvenes
palestinos dispuestos a llevar a cabo acciones kamikaze contra las fuerzas
de ocupación israelíes. El propio Sharon hace frente también a un
posible juicio ante un tribunal belga, donde se le acusa de ser el
responsable de las masacres de Sabra y Chatila en 1982, fecha en la que
ocupaba el cargo de ministro de Defensa.
